Raros tiempos son estos,
¿Qué inhóspita y a la vez
conocida emoción es esta?
Vuelvo a sentir la llama,
la que hacía arder de emoción
unas manos que danzaban inquietas.
Hoy solo baila una,
en una pista de papel
junto a la fina pluma.
No suenan teclas alocadas,
sino tinta clavada
a la luz del viejo flexo.
Que gusto leerte de nuevo. Lo he echado tanto de menos...
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